Indice | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 English version
Kiekari significa comunidad para el acutus
San Blas es un municipio rico en cultura, donde sus habitantes se preocupan por las zonas repletas de flora y fauna, como es el caso del ejido de la Palma donde se encuentra el Cocodrilario Kiekari, un lugar lleno de biodiversidad.
Pero aun falta hacer mayor conciencia en la población local, así como en los visitantes, sobre la relación entre los seres humanos y su ambiente, para que esta riqueza natural se mantenga y se generen ingresos, según el fundador de la asociación civil Grupo Ecológico el Manglar, Juan F. García.
Señala que el agua del manantial ejidal del Kiekari viene de los cerros, y si las carreteras en obra obstruyen el paso de la corriente, puede perjudicar, tanto a los cocodrilos que del manantial dependen, como a la economía del turismo que llega por ellos.
En el cocodrilario Kiekari se tiene 22 crías de Crocodylus acutus de aproximadamente ocho meses de edad y un sólo Crocodylus moreletii, otra especie de cocodrilo.
Durante una visita al cocodrilario, el profesor García explicó el proyecto de ampliar el sendero interpretativo del Kiekari para atraer más visitas. Comentó que San Blas se beneficiará al ofrecer novedades en el turismo como esta vereda con letreros sobre la flora y fauna de los humedales y cerros propios del lugar.
Educar a los visitantes es parte básica de la propuesta de García, surfeador del puerto quien mereció el nombramiento de Héroe Verde por parte de la revista nacional Expansión en 2007, debido a su empeño en cuidar el entorno.
Los encargados del cocodrilario juegan un papel grande en la sensibilización de la gente. Aquí, el responsable de técnicas del campo Jesús Alberto García Álamos explica que la población de cocodrilos acutus todavía no se restablece por completo, a pesar de que algunas personas de la región comentan que hay muchos cocodrilos y son peligrosos porque atacan a la gente.
Aclara que estos son “supuestos ataques” causados por los descuidos de la gente por su falta de precaución. Menciona que estos animales son territoriales y la gente invade su territorio. Sólo son agresivos en ciertos tiempos de su ciclo reproductivo.
Admite que ha habido incidentes de encuentros desafortunados entre los cocodrilos y los visitantes en el campo y en La Tobara, un centro turístico popular ubicado en el camino entre el puerto y el cautiverio.
Pero insiste, en cuanto a la peligrosidad y la sobrepoblación: “Eso es mentira, porque los ataques sucedidos ocurren en zonas de cocodrilos, ya que la Tobara no es un lugar apto para bañarse. Incluso se realiza un monitoreo en las noches para la seguridad de las personas. Las personas no hacen caso. Se meten. Otro presunto ataque ocurrido en la región fue el de un muchacho borracho que causó daños al lugar y por último lo mordió el cocodrilo,” advierte.
El agua del manantial ejidal del Kiekari viene de los cerros
Foto: PECE
*Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (CETMar) No. 23
Foto: Alberto García Álamo comenta que su trabajo es muy complicado, pues tiene que alimentar a todos los animales de la reserva hasta cuando “no hay ingresos.” Otro problema son las quejas de la gente, que atribuye los ataques de los cocodrilos hacia las personas a las acciones de repoblación que los Garcia realizan, pero él menciona: “no entienden que ellos están en su habitat natural, hay letreros de advertencia y aún así entran al agua donde habitan los cocodrilos.”