En cuanto a las causas del cambio climático, la generación de la energía mediante los combustibles fósiles es de las peores fuentes de los grandes contaminantes. Y en cuanto a los resultados de este fenómeno, no hay mejor laboratorio para ver los impactos del calentamiento global que en la Isla Rasa en el estado de Baja California, ni mejores estudios que los dirigidos ahí por María Enriqueta Velarde González.
El Programa “Volkswagen: Por el Amor al Planeta” reconoció el empeño de la doctora en Isla Rasa y otras islas de El Golfo de California al galardonarla con el Premio a la Investigación Científica en Conservación Biológica, anunciado el 24 de enero del 2011.
Velarde, de la Universidad Veracruzana, junto con Exequiel Ezcurra, de la Universidad de California, estableció en Isla Rasa que al calentarse la superficie del mar, las sardinas - alimento principal de las aves de la isla - se van a aguas más frías y profundas, quedando fuera de alcance. Por consiguiente las aves no pueden alimentar a sus polluelos y estos mueren. La dinámica también afecta a la industria sardinera, importante fuente de ingresos en el Noroeste mexicano.
La investigadora del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías, no solamente documenta y analiza, sino actúa para rescatar las especies que peligran.
“Aunado a su trabajo científico, Enriqueta ha tenido la visión y la forma para disuadir a los saqueadores de huevos con su sola presencia, deteniendo completamente el tráfico ilegal de huevos y la destrucción de los nidos de charranes y gaviotas plomas,” dice un boletín de prensa circulado por la Universidad Veracruzana con motivo del laurel.
El estimulo consiste en la entrega de 500 mil pesos y un reconocimiento por parte de la empresa Volkswagen de México, misma que se hizo merecedora de la “Mejor Práctica de Responsabilidad Social Empresarial”, en la categoría de cuidado del ambiente con la aplicación del programa.
La anidación de 95 por ciento de las poblaciones mundiales de la gaviota ploma y el charrán elegante fracasó en 2009, debido a las temperaturas alteradas con la presencia del fenómeno El Niño en las aguas de Isla Rasa, según Velarde.
Esto fue una gran pérdida porque, como destaca el jurado del programa, “a inicios de los 1970s las poblaciones de gaviotas y charranes sumaban unas pocas decenas de miles … y como resultado de las acciones y la presencia de la Dra. Velarde, el número de aves que anida cada año en la isla se acerca el medio millón, y su densidad es tan alta que han comenzado a anidar en islas vecinas”.
Sin embargo, la científica no flaquea ante el reto, como lo reconoce el jurado, al decir: “Su dedicación sobresaliente y la contribución exitosa de sus investigaciones científicas la ponen a la altura de las más extraordinarias conservacionistas del mundo, como Jane Goodall o Diane Fossey.
“Su ejemplo ha inspirado la conservación de todas las islas del Pacífico mexicano, y es un ejemplo mundial de conservación ecológica”.
Las aguas de la cintura del Golfo de California se cuentan entre las más productivas del mundo y mantienen inmensa importancia para las aves marinas. La Isla Rasa es una de las islas más pequeñas pero la más densa en aves, siendo el sitio de anidación preferido para la gaviota ploma (Larus hermanni) y el charrán elegante (Sterna elegans). Casi la totalidad de las poblaciones mundiales de estas aves se congregan cada año aquí.
Por más de 30 años Velarde ha visitado la isla cada primavera para medir, pesar, censar, etiquetar, y observar las aves marinas. Año tras año, ha logrado recaudar información valiosa con respecto a la sobrevivencia de aves anilladas, su éxito reproductivo, la cuantificación de su dieta y el registro de sus patrones de comportamiento.
La Dra. Velarde es investigadora del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías y lleva 30 años estudiando esta isla.
(Foto: Ernesto Bolado Martínez)
En corto, como observa el jurado: “Ha podido redirigir el destino de un ecosistema condenado al decaimiento hacia la más sorprendente recuperación”.