Cuando abrió el parque de diversiones y las temperaturas del verano rebasaron los 50 grados Celsius, Mario Pavón fue el único que sonreía en medio de tanto calor.
A nadie más que a él se le pudo ocurrir ubicar tal proyecto al exterior en la zona más caliente del país. Pero hoy a cuatro años de su inauguración, se ha mostrado que no es un parque de diversión cualquiera, sino un centro de capacitación donde los visitantes aprovechan de la misma fuente del calor para aprender hasta como enfriar la casa y todo lo demás sobre la energía solar.
Quizá no sea exactamente al antojo de los afectos a los parques al estilo de Disneyland, pero tiene otro don. El espíritu educativo del Parque Temático de las Energías Alternas fomenta la conciencia cívica mexicalense sobre el potencial de las tecnologías de energía renovable. Marca el camino hacia una nueva etapa en la historia de la humanidad: la transición a una sociedad basada en la sustentabilidad.
“Estamos viviendo en la era del Internet, pero también de la transición energética, de los combustibles fósiles a las energías alternas”, dice Pavón, al reconocer un grado persistente de escepticismo en el público todavía a 20 años de sus propios pininos en la industria de energía renovable. “Vivimos algo parecido a lo que experimentaron nuestros abuelos cuando el auto empezó a sustituir al caballo.”
No está de más decir que Pavón vive en carne propia la realidad pintada por el filósofo Arthur Schopenhauer, quien aseguraba en el Siglo XIX que todas las verdades pasan por tres etapas: el ridículo, la oposición violenta y finalmente la aceptación como algo autoevidente.
Aunque ideó el proyecto en 2005, fue hasta 2007 cuando el ingeniero logró el apoyo de las personas y asociaciones mexicalenses necesarias para concretarlo.
Aprender conceptos como cargas térmicas y mejoras bioclimáticas en la construcción quizá no suene muy interesante, pero en una ciudad que tiene temperaturas promedio de 30 grados tres cuartas partes del año, tiene sentido aprender a usar el recurso natural más abundante: 360 días de sol.
La Casa de la Energía, una de atracción
La atracción más curiosa y popular del parque es la Casa de la Energía. Cuando un grupo de estudiantes sale, el que tiene la cara más en- tusiasta debe ser su maestro. Después de todo, Pavón le ha mostrado un secreto muy sencillo para copiar el ahorro de luz en el “refri”.
Lo que puede parecer un “jale chicano” es en realidad conocer el funcionamiento del refrigerador. Si el aparato está enclaustrado, el sistema se esfuerza más en ventilar el calor y consume más energía para reducir su temperatura, explica el ingeniero.
“Ésta es una casa bioclimatizada, ideal si quieres construir en Mexicali. Aquí tenemos ideas como la que viste del refrigerador, que tiene un hueco detrás de él en la pared para que pueda circular bien el aire, y así gastar hasta un 30 por ciento menos”, anota.
La vivienda tiene todas las comodidades urbanas, pero con un enfoque sustentable. Un sistema de generación de un kilovatio/hora y planos de bioclimatización son parte de la lección. Nada parecido a los “Piratas del Caribe”, pero el sitio presenta una oportunidad inmejorable para generar una cultura energética en la juventud.
“Ha sido un lugar que se usa como un referente de la educación en energía renovable. En una hora, un chamaco aprende lo que verá en cinco años en la escuela primaria y secundaria”, dice Pavón. “Hasta los de ingeniería se dan una vuelta aquí”.
El Parque del Sol muestra
que no es locura
Depender del recurso más abundante:
la energía solar
A fines de la década de 1980, el ingeniero Pavón se convirtió en empresario independiente con la creación de la compañía Energías Alternas, que comercializaba e instalaba sistemas fotovoltaicos para ranchos, lugares remotos en la sierra y algunas casas particulares en Mexicali.
Sin embargo, dice, “Nos dimos cuenta que esto no prendía por la falta de capacitación, de educar a la población sobre temas científicos, ambientales, y sobre todo, de energías renovables”.
El punto de quiebre no dio hasta el 2001. En una expo industrial llamada AgroBaja, Pavón notó que el puesto de su empresa había generado gran entusiasmo entre industriales, hombres de negocio y visitantes. La idea podía progresar después de todo, pensaba.
“Ahora todo mundo quiere meterse en el tema verde, en el tema de la energía, pero muchos se orientan al tema del precio del kilovatio/ hora, sin reflexionar que es la producción de energía eléctrica a base de combustibles fósiles uno de los ejes del debate sobre el cambio climático”, comenta.
El parque cuenta con 15 módulos de aprendizaje didáctico, como la Casa de la Energía. Tiene un vivero y secciones demostrativas de herramientas y máquinas domésticas como calentadores de agua y deshidratadores solares. Pavón planea agregar otros 15 módulos cuando el recinto cuente con mayor apoyo económico.
Lo innovador de la idea le valió a Pavón una mención honorífica en 2008 en el Premio al Mérito Ecológico que otorga la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Pero desarrollar la cultura de las energías renovables ha sido lo más recompensante, dice Pavón.
“Los desarrolladores de vivienda aquí en Mexicali, por ejemplo, han tomado de partida nuestros conceptos para sus casas, con temas como separación de las aguas gris y negra y ventilación natural”.
Hasta la generación de energía por el arreglo fotovoltaico de la Casa de la Energía es monitoreada y registrada para consultas en Internet aqui.
El ingeniero asegura que la población en general necesita conocer más el tema energético, no sólo por economía, sino para educarse sobre la necesidad de reducir el consumo de combustibles fósiles en los centros de producción eléctrica del país, en particular los de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La propia CFE confirmó en mayo que su uso de carbón para producir electricidad aumentará casi un 90 por ciento entre 2008 y 2018, al pasar de 10.7 a 20.3 millones de toneladas, según un informe del Senado de la República.
Por eso, dice Pavón, “Tenemos que educar a la gente que el recibo no se paga en pesos, sino en el consumo de kilowatts por hora, hay que enseñarles lo que cuesta un kilowatt-hora y lo que contamina producir esa cantidad de energía.”