Avanzan los yaquis en la lucha por recuperar su agua
En Vícam: El vocero de la autoridad yaqui, Mario Luna Rojas (izquierda) y las autoridades anunciaron la suspensión del bloqueo carretero que duró ocho meses (Foto: Kenya Cuén).
VÍCAM
Las autoridades tradicionales de la Tribu Yaqui dieron a conocer el día 14 de febrero pasado una tregua que resultó en su levantamiento del bloqueo que mantenían en la Carretera Federal 15 desde mayo de 2013.
Emprendieron el bloqueo en este camino principal entre la Ciudad de México y la ciudad fronteriza de Nogales, en el tramo de Vícam, Sonora, en protesta por el saqueo de agua del Río Yaqui a través del Acueducto Independencia para llevarla a la ciudad de Hermosillo, capital del estado.
“Manifestamos a la Presidencia de la República que se nos hace recobrar la confianza en su administración en virtud de que se empiece a cumplir el convenio firmado en Bucareli el 21 de enero pasado”, declararon las autoridades de la tribu.
“Por ello nuestra autoridad tradicional en consenso con nuestro pueblo hemos tomado la determinación de una tregua en nuestra protesta pública de manifestarnos en la carretera internacional,” dijeron ante representantes de los gobiernos federal, estatal, y municipal.
El discurso hizo referencia a los acuerdos firmados en la sede de la Secretaria de Gobernación en la Avenida Bucareli en la Ciudad de México. Entre ellos figuran el de limitar la dotación de agua a Hermosillo únicamente para la necesidades reales del consumo humano, y sin que ello implique arrebatar los volúmenes asignados a la tribu.
“En el avance en el cumplimiento en el convenio del 21 de enero, así como en conjunto con nuestras tradiciones religiosas y el propósito de terminar la consulta dictaminada por la Suprema Corte de Justicia de La Nación, nos obliga a declarar esta tregua”, dijeron.
Acudieron a la cita en Vícam el Director General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) David Korenfeld; el representante de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Luis Alberto Padilla Aguilar; y el Subsecretario de Gobernación Luis Miranda Nava.
La Tribu Yaqui, en palabras de su vocero Mario Luna, dejó en claro su “inquebrantable lucha por el agua, la cual no culmina. Lo nuestro no es una claudicación. Asimismo esperamos que se nos siga cumpliendo el convenio firmado el pasado 21 de enero en todo su espíritu”.
La política de “ni los veo ni los oigo” aplicada a la Tribu Yaqui por el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, llevo a la intervención de los otros entes. Padrés no estuvo en la reunión.
En los meses recientes su gobierno ha tratado de romper la unidad de los yaquis mediante la suplantación de dirigentes y la represión, que han sido denunciados oportunamente.
Padrés ha perdido en todas las instancias legales a que han acudido los yaquis para evitar que siga el despojo de su agua que les ha pertenecido desde hace 2 mil 500 años.
El Acueducto Independencia se empezó a construir a fines de 2010 a un costo de 3 mil 860 millones de pesos como parte del Programa Sonora Sí para transvasar 75 millones de metros cúbicos al año del Río Yaqui recabada en la presa El Novillo hacia la cuenca del Río Sonora.
La obra consta de 145 kilómetros de longitud de tuberías de acero. Pasa por cinco municipios: Hermosillo, Ures, Mazatán, Villa Pesquiera y Soyopa.
Las perspectivas por el camino legal favorecen a los yaquis y ya se vislumbran opciones de solución como las planteadas en el Informe de los impactos provocados por la implementación del Acueducto Independencia en el territorio yaqui.
Fechado en noviembre de 2013, consiste en cuatro propuestas: Aumentar la eficiencia del servicio de agua potable en Hermosillo; facilitar o aumentar el tratamiento, reuso y reciclaje de las aguas residuales de la ciudad; la adquisición de derechos de agua y la construcción de acueductos en la propia cuenca del Río Sonora y; construir una planta desalinizadora de aguas marinas.
La planta propuesta tendría una capacidad de producción de 2 mil 500 litros por segundo, que equivalen a 75 millones de metros cúbicos al año, con tecnología de osmosis inversa. Implica construir un acueducto de 145 kilómetros a contrapendiente con 62 metros de desnivel en las costas de Playa Cochorit en el municipio de Empalme.
El estudio fue elaborado dentro del proyecto “Subalternidad, antagonismo y autonomía en los movimientos socio-políticos en México y América Latina”, como parte del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación tecnológica (APIIT), de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.