OPINIÓN
Las prioridades ambientales de la ciudad de Ensenada
ENSENADA
I. Agua para consumo humano
La población actual del puerto de Ensenada es de 330 mil habitantes aproximadamente, cuyo consumo anual de agua se estima en 136.8 metros cúbicos por persona (375 litros diarios que incluyen las fugas en la red de distribución y la proporción de agua para riego de jardines públicos). Esto significa que se requieren 45 millones de metros cúbicos de agua potable anuales para satisfacer la demanda de la población total.
La disponibilidad es de 35.6 millones de metros (integrados por la extracción de los acuíferos autorizada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que es de 21.5 más los 14.1 millones que suministra la Presa López Zamora). La diferencia arroja un faltante de 9.4 millones de metros cúbicos que se compensa mediante la sobreexplotación de los acuíferos, cuyos efectos ya se advierten en el grado de salinidad.
Inexplicablemente, se desperdician 15 millones de metros cúbicos anuales de aguas tratadas. Se vierten en el mar, cuando podrían canjearse por agua limpia de los pozos de El Maneadero, con lo cual se supliría el faltante mencionado y se aliviaría la presión de los acuíferos.
Asimismo, se pospondría la instalación de una desaladora, cuya ubicación aprobada por el cabildo en 2013 impactará el humedal costero de La Lagunita y alterará el paisaje desfavorablemente.
Por otra parte, desde hace varios años se acordó una cuota de 9 millones de metros cúbicos del caudal del Río Colorado, que, hasta la fecha, no se utilizan por falta del acueducto Tecate-Ensenada, entre otros factores.
II. Cultura ambiental
La ciudad tiene un aspecto sucio: basura en las calles, en los cauces de arroyos y en lotes baldíos; casas de madera muy viejas y sin pintar en pleno centro histórico; áreas verdes escasas y un servicio de recolección de basura insuficiente, toda vez que no se cumple con el reglamento que establece una frecuencia de dos veces por semana.
Asimismo, no se evidencia un esfuerzo significativo para formar una cultura ambiental en la población. Todo lo anterior indica que, tanto ciudadanos como servidores públicos, carecen de una cultura ambiental sólida.
III. Incumplimiento de las normas ambientales
La decisión del cabildo municipal respecto a la ubicación de la desaladora fue arbitraria pues se tomó en contra de lo dispuesto en Plan Municipal de Desarrollo Urbano. Lo mismo sucedió con la aprobación del cambio de uso de suelo en la región de la Ruta del Vino, a fin de permitir la construcción de fraccionamientos, y se tuvo que revocar tal disposición.
IV. Paisaje marino
La belleza de la ensenada se empezó a perder cuando se instalaron los muelles para los barcos cargueros, las embarcaciones pesqueras y turísticas. Es posible recuperar espacios para embellecer y sanear la parte turística más importante en el centro histórico si se reubican el atracadero de los barcos cargueros y las marinas para botes turísticos y las embarcaciones de pescadores. Con esto, Ensenada mejoraría, considerablemente la imagen marina y fortalecería su atractivo turístico, que es una de las ramas económicas más importantes de la ciudad y a la que, por lo visto, no se le concede la importancia que amerita.